Hola amigos, seguimos con los Marcos, otro socio nos ha hecho llegar un nuevo texto muy especial en el que nos relata la experiencia de la primera vez en Milmarcos de su hijo. ¡Esperemos que os guste!
Hola a todos, me llamo Marcos. Apenas tengo unos meses de vida pero ya
me voy enterando, poco a poco, de lo que sucede a mi alrededor.
Últimamente ha habido por casa mucho trajín y he visto a mis padres un
pelín liados. Parece ser que están preparando las maletas y que no
encuentran "las cosas del chico". Bueno, el que no las encuentra es mi
padre que es un poco despistado. Tras rebuscar por toda la casa, por fin
apareció todo lo necesario para que yo me sintiera cómodo. Así que
equipados como si nos fuésemos a Alemania, partimos camino a Milmarcos.
Milmarcos...la verdad es que me tiene un poco mosqueado el nombre, ¿qué
quiere decir? ¿qué hay mil chicos que se llaman como yo? Marcos en
Milmarcos, oye pues no queda del todo mal...
El viaje fue bastante cómodo o a mí me lo pareció porque me quedé dormido enseguida pero no sé en que parte del recorrido me desperté. Ví a mi padre resoplando y comentando "la cantidad de curvas que había" y "lo estrecha que era la carretera". A mí ese trozo del trayecto me pareció de lo más divertido porque el coche iba de izquierda a derecha y de derecha a izquierda y además mi madre no dejaba de hacerme carantoñas aunque sospecho que me las hacía para que me volviera a quedar dormido. "¡Buff! ahora viene el alto de Campillo" dijo mi padre, resoplando otra vez. Tras otra sucesión de curvas, resoplidos y de "ves más despacio" por parte de mi madre, mi padre dijo: "Bueno, Milmarcos 0'8 km ya hemos llegado..."
Una vez en el pueblo, comenzó la "procesión". Primera parada: la casa de mis bisabuelos: ¡Jo! ¡Qué bisabuelos más majos tengo! Francisco y María, llevan un montón de años casados y se quieren como el primer día. ¡Y qué besos, abrazos, meneos me dieron! Yo no paraba de reír y ellos también se reían. Luego, el turno para achucharme fue para mi yayo Paco que también me meneó, me besó...después le tocó a mi tía-abuela o mi tía segunda o yo que me sé que aún soy muy pequeño para aclararme, vamos que me cogió en sus brazos la hermana de mi yayo, "la tía Tere" y luego "la prima MariTere" y "el primo Luis"...Con éste último experimenté una sensación muy extraña como si estuviese muy lejos del suelo y como si en sus brazos cupiesen dos o tres Marcos...Tras un descenso de altura, seguí recibiendo arrumacos por el resto de la familia.
Tras la comida, mis padres me bajaron a la plaza, a un sitio llamado "teleclub" que es el sitio donde queda todo el mundo para tomar café, para jugar al guiñote, para hablar por hablar, curiosamente muy poca gente le hacía caso a la tele. Ni que decir tiene que nos costó una eternidad bajar hasta allí porque por el camino nos encontramos con mucha gente que de alguna manera estaba relacionada con mi padre. ¡Qué lío de primos segundos, tíos terceros y demás! Estoy convencido de que ni mi propio padre tenía claro quien era quien. Tras otra sesión de "¡Qué guapo es!" o "¿A quién se parece más?" en el teleclub, llegó la ronda por Milmarcos que ni la charanga oye. Venga calle Valencia arriba, ¡qué cuestas!, hasta el local de la peña de mis padres, El Dulce Meneo, presentación "oficial" ante el resto de los peñistas, otro paseo hasta las Piñuelas, bajada hasta la plaza otra vez, visita a la ermita de Jesús y vuelta a casa. Yo estaba agotado y de la mitad de las cosas ni me enteré pero por lo que pude oir, debe de haber sitios en el pueblo ideales para mí cuando me haga un poco mayor, que si el Pucherillo, que si la cueva de, de, deeee, bueno la cueva de alguien era...Vamos que estoy deseando crecer para ir allí. Aunque esto de que todo el mundo te pare y te haga gracietas está muy bien pero a ver si son más originales que eso de "¿Marcos es por Milmarcos?" no es muy creativo que digamos. Y por cierto, no hay miles de Marcos en Milmarcos, menos mal...FIN.
El viaje fue bastante cómodo o a mí me lo pareció porque me quedé dormido enseguida pero no sé en que parte del recorrido me desperté. Ví a mi padre resoplando y comentando "la cantidad de curvas que había" y "lo estrecha que era la carretera". A mí ese trozo del trayecto me pareció de lo más divertido porque el coche iba de izquierda a derecha y de derecha a izquierda y además mi madre no dejaba de hacerme carantoñas aunque sospecho que me las hacía para que me volviera a quedar dormido. "¡Buff! ahora viene el alto de Campillo" dijo mi padre, resoplando otra vez. Tras otra sucesión de curvas, resoplidos y de "ves más despacio" por parte de mi madre, mi padre dijo: "Bueno, Milmarcos 0'8 km ya hemos llegado..."
Una vez en el pueblo, comenzó la "procesión". Primera parada: la casa de mis bisabuelos: ¡Jo! ¡Qué bisabuelos más majos tengo! Francisco y María, llevan un montón de años casados y se quieren como el primer día. ¡Y qué besos, abrazos, meneos me dieron! Yo no paraba de reír y ellos también se reían. Luego, el turno para achucharme fue para mi yayo Paco que también me meneó, me besó...después le tocó a mi tía-abuela o mi tía segunda o yo que me sé que aún soy muy pequeño para aclararme, vamos que me cogió en sus brazos la hermana de mi yayo, "la tía Tere" y luego "la prima MariTere" y "el primo Luis"...Con éste último experimenté una sensación muy extraña como si estuviese muy lejos del suelo y como si en sus brazos cupiesen dos o tres Marcos...Tras un descenso de altura, seguí recibiendo arrumacos por el resto de la familia.
Tras la comida, mis padres me bajaron a la plaza, a un sitio llamado "teleclub" que es el sitio donde queda todo el mundo para tomar café, para jugar al guiñote, para hablar por hablar, curiosamente muy poca gente le hacía caso a la tele. Ni que decir tiene que nos costó una eternidad bajar hasta allí porque por el camino nos encontramos con mucha gente que de alguna manera estaba relacionada con mi padre. ¡Qué lío de primos segundos, tíos terceros y demás! Estoy convencido de que ni mi propio padre tenía claro quien era quien. Tras otra sesión de "¡Qué guapo es!" o "¿A quién se parece más?" en el teleclub, llegó la ronda por Milmarcos que ni la charanga oye. Venga calle Valencia arriba, ¡qué cuestas!, hasta el local de la peña de mis padres, El Dulce Meneo, presentación "oficial" ante el resto de los peñistas, otro paseo hasta las Piñuelas, bajada hasta la plaza otra vez, visita a la ermita de Jesús y vuelta a casa. Yo estaba agotado y de la mitad de las cosas ni me enteré pero por lo que pude oir, debe de haber sitios en el pueblo ideales para mí cuando me haga un poco mayor, que si el Pucherillo, que si la cueva de, de, deeee, bueno la cueva de alguien era...Vamos que estoy deseando crecer para ir allí. Aunque esto de que todo el mundo te pare y te haga gracietas está muy bien pero a ver si son más originales que eso de "¿Marcos es por Milmarcos?" no es muy creativo que digamos. Y por cierto, no hay miles de Marcos en Milmarcos, menos mal...FIN.
Borja Hernández
1 comentario:
Muy bonito
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